Sandra Pereznieto

Sandra Pereznieto nace en la Ciudad de México en 1967 y a la corta edad de trece años ya sabe que será fotógrafa.

Compagina sus estudios de Fotografía con la Licenciatura de Comunicación y especialización en Cine y, desde entonces, se dedica a la Fotografía de Arquitectura.

Después de varios años de vivir en París, San Francisco y Groningen, Holanda, y de más de diez años desarrollando su profesión en México, dos becas del Gobierno Mexicano para complementar sus estudios en la Oxford Brooks University y en la Universidad Pompeu Fabra la llevan a Barcelona, donde reside desde 1999.

A caballo entre Barcelona y la Ciudad de México, continua su trabajo colaborando con prestigiosos arquitectos, editoriales y revistas internacionales, capturando espacios públicos y privados, a la vez que desarrolla sus propios proyectos y da clases en el Postgrado Espacio Efímero, de la Universidad Politécnica de Cataluña y Arquine.

Sus poéticas imágenes nos dejan entrever su particular visión del mundo. A través de su trabajo, nos invita a entablar un diálogo íntimo y silencioso.

Integra los espacios físicos y abstractos acariciándolos con su mirada profunda y reflexiva. Su juego con la luz y la penumbra nos conecta con el propietario invisible, esa huella humana que, incluso cuando ausente, deja entrever su presencia.

Su mirada transforma la realidad mediante la narrativa, dibujando ese mundo subjetivo tan cercano a sus emociones que a la vez funciona como un espejo en el que podemos reflejarnos y que, frecuentemente, nos deja la sensación de asomarnos a sus pensamientos más íntimos.

Hace casi una década que reemprendió sus viajes por toda Latinoamérica en busca de algo que sentía que había perdido en el camino. Volver una y otra vez a los mismos lugares le ha brindado la oportunidad de ahondar en su búsqueda a través de la fotografía.

Tras un periodo de profunda reflexión, se enfrenta al desafío de descifrar aquello que sus imágenes sugieren, en lugar de intentar que cuenten únicamente lo que ella esta dispuesta a compartir.

Emprende un nuevo camino movida por su constante necesidad de seguir avanzando en sus procesos creativos, con la determinación de tomar conciencia de la forma en la que se relaciona con el mundo, tras entender que su necesidad de privacidad e individualidad, la separan del sentido de pertenencia.

Su mirada a través de la lente le permite conectar con los demás y en ese encuentro se contempla proyectada entre los pliegues de sus imágenes, en un diálogo de ida y vuelta que perdura.